Letras del Ministerio de Música Mazetés

TÚ ME LLAMAS HOY (Jr 1, 4-9; 20, 9; Is 59, 21)
(C. J. Cobos Corro, C. E. Alarcón Múgica, D. L. Hernández Cobos, S. Pérez Portilla)
Señor, tú me llamas hoy; Señor, escucho tu voz,
y me quema por dentro ese fuego eterno, tú me llamas hoy.
Señor, yo dispuesto estoy, a ti doy mi corazón,
yo te seguiré, y tú llévame,
me entrego a ti, hoy Señor.

Que sea tu Espíritu quien guíe mis pasos,
que sea tu Palabra la que esté en mis labios,
consúmeme, transfórmame,
y a tu verdad anunciaré.


LA ESTRELLA DE LA VERDAD (Mt 2,1-2.9-10; Lc 2,7)
(C. J. Cobos Corro, C. E. Alarcón Múgica, D. L. Hernández Cobos, S. Pérez Portilla)
Una estrella ha marcado el camino a los magos,
un camino que los lleva a la verdad.
Van deprisa caminando, y en sus rostros reflejando,
la esperanza que los guíe hasta el final.

//Y es que nació el redentor,
Cristo, Jesús, el Hijo de Dios.
En un pesebre demostrando su humildad,
pues la grandeza se lleva en el corazón.

Él nació para salvarnos hoy,
y llenar nuestras almas de verdadero amor.
Él nació para salvarnos hoy,
y llenar nuestras almas de verdadero amor.//

Y esa estrella que ha mostrado el camino a los magos,
es la misma que nos trae a este lugar, es Navidad.


TOCANDO EL SOL (LLÉVAME CONTIGO)
(C. J. Cobos Corro, C. E. Alarcón Múgica, D. L. Hernández Cobos, S. Pérez Portilla)
Al mirar el cielo te encuentro a ti, te encuentro así,
y no te quiere dejar, yo quiero estar contigo,
estar a tu lado tocando el sol, tocando el sol.

Tu luz me inunda, me llena de paz, me llena de ti,
y tu gran majestad me baña como la brisa,
una caricia, tocando el sol, tocando el sol.

Y te siento así, como un resplandor,
una luz que me llena, me llena de amor.
Eres la tibieza de cada atardecer,
llévame contigo, llévame contigo.

Y sonrío al tiempo que me regaló de tu eternidad,
veo la luna brillar, me llevas por las estrellas,
no hay oscuridad, en mi corazón no tengo temor.

Y camino lento, regreso a mi hogar, de donde salí,
mas espero Señor que mis ojos vean tu rostro
al amanecer, tocando el sol, tocando el sol.

Y sentirte así, como un resplandor,
una luz que me llene, me llene de amor.
Serás la tibieza de cada atardecer,
llévame contigo, llévame contigo.

UNIDOS EN MI AMOR
(C. J. Cobos Corro, C. E. Alarcón Múgica, D. L. Hernández Cobos, S. Pérez Portilla)
Ella y él, ella y él,
se conocerán en mi amor.

Y serán para los demás
una muestra de mi amor y fidelidad.

Esperarán mi bendición para consumar su amor,
pues derramaré mi Espíritu para que caminen con rectitud.

Comprenderán el sentido del amor si de su mano va el Señor
iluminando su corazón.

Parecerá que la adversidad
puede más que las promesas que compartirán.

Pero si es amor habrá solución
si se mantienen unidos en la oración.

MI REY
(Cynthia Esther Alarcón Múgica)
Señor, gracias por amarme así,
por mostrarme con tu gracia
cuán hermoso eres tú, mi Dios.
Derramas en mi vida el Espíritu de luz,
de amor, de verdad,
eres quien me hace temblar de felicidad.

De tu mano siempre quiero
sostenerme y aprender,
pues no encuentro en este mundo
mejor placer que escuchar tu palabra,
postrado a tus pies,
y llenar así mi alma de mi Rey.


NO TARDES EN VENIR
(Diana Lidia Hernández Cobos)
¡Oh, Jesús!, que mi silencio te hable.
No tardes en venir, lléname de alegría.

Anímame con la luz de tu presencia,
ponme en libertad, muéstrame tu rostro.
No callaré, no dejaré de suplicar...

Si hablaste a los profetas, ¡háblame a mí!,
quiero escuchar tu voz, tus palabras me sostendrán.


EL DIOS DE LA VIDA
(Diana Lidia Hernández Cobos)
Muchas veces la vida no nos deja continuar
y hay que luchar.
Muchas veces las preocupaciones,
nos aturden y no nos dejan pensar.

//Y hay que luchar y liberar
el temor tan grande que hay en nosotros.//
¡Déjate transformar!

//Él te ama porque eres su hijo,
Él te dio la vida para amar.//


TAN SÓLO VEN (Ap 22, 20b)
(Sergio Pérez Portilla)
Ven, que no encuentro sentido,
he perdido el camino, sólo hay ansiedad.
Ven, que me muero despacio,
que me abruma el cansancio y la soledad.

Ven, que la noche es muy fría,
ya no hay alegrías, ya no quiero vivir.
Tan sólo ven y dame tu mano para seguir.

Ven, porque a mi sonrisa
la golpearon muy fuerte, ya no quiere salir.
Ven, que mis pies y mis manos
ayer se agotaron, se cansaron de mí.

Ven, que mi vida es muy dura
y a veces vacía si no estás aquí.
Tan sólo ven y dame tu mano para seguir.
Ven, que mi poca esperanza
y mi poca confianza se van a morir.
Ven, que la impaciencia
y la soberbia se adueñan de mí.
Tan sólo ven y dame tu mano para seguir.
Tan sólo ven.


NO ES UN SUEÑO, FUE POR TI
(Candy Jedzeleex Cobos Corro)
Hoy es un buen día para exaltarte,
tiempos de alegría voy a contemplar.
Tardes eternas Señor son las que tú me das,
noches de ensueño, mi Dios, de tu infinita paz.
Quiero ver desde aquí la grandeza de mi Dios,
//con valor y esperanza//, //mi alma clamará//.

Padre, hoy quiero pedirte:
enséñame tus caminos, invítame a tu cabaña.
Esperaré en ti, mi corazón palpita, mi vida es para ti,
tu gloria es infinita.
Padre, dime cuánto falta,
mi corazón te anhela, te brinda mi alabanza,
quiero estar junto a ti, mi corazón palpita,
dime que el vivir no es un sueño, fue por ti.


ÉL VENDRÁ
(Candy Jedzeleex Cobos Corro)
Si algún día lo llegases a ver, él te hará sentirlo en tu ser.
Sabrás que existen fronteras y metas que alcanzar,
él le dará un sentido a tu humildad.

Es Dios, tu Dios, el que vivirá por siempre,
del que te he querido hablar, cada vez que sale el sol,
cada vez que escucho el ave de su bondad.
Es Dios, tu Dios, el que vivirá por siempre,
del que te he querido hablar, cada vez que no lo sientes,
cada vez que escucho el grito de tu soledad.

Con tan sólo mirar su sonrisa, su mirada que es tu paz,
caminando sobre piedras... él vendrá.


MI DIOS, MI FUERZA
(Cynthia Esther Alarcón Múgica)
Señor, busco refugio en ti,
sólo tú puedes librarme
de mi terrible aflicción.

Mi Dios, sé para mí una roca,
inclina tu oído hacia mí y así
sácame de esta red.

Mis enemigos me juzgan,
pero mi alma confía en ti,
///eres mi Dios, mi fuerza,
mi todo, mi vida, mi salvación.///


CONTIGO IRÉ (Jn 6, 58.68-69)
(Sergio Pérez Portilla)
Señor, ¿a quién iré?, si es tu palabra la que alivia,
la que sana y da vida, Señor, ¿a quién iré?
Mi Dios, mi roca fuerte, yo he creído que tú eres,
el Santo Hijo de Dios, yo lo sé, ¿a quién iré?

¿Con quién iré si no es contigo?,
¿a quién podré llamarle amigo?,
Señor, ¿con quién iré?
Si eres el pan que da la vida,
pan del cielo, mi alegría,
Señor, contigo iré.






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